10 islas y 5 islotes que no son nada turísticas, pero merecen ser nombradas por su naturaleza

Hay 3 islas inhabitadas de Cabo Verde, ajenos del mundo real. Santa Lucía y los islotes Branco y Raso.

Cuando se colonizaron y el hecho de convertirse en puntos estratégicos internacionales a nivel portuario, se pobló notoriamente creando ciudades importantes como Mindelo.

Cabo Verde sufrió sus primeros cambios con una clara tendencia a la desertización de los paisajes.

A partir de los años 90, cuando la presencia del turismo ha ido en aumento en las islas cambiando paisajes y hábitos en islas como Sal o Boavista, tampoco perdieron la atención para un crecimiento sostenido y controlado cuidando el valor original del archipiélago. Pero sin duda la demanda ha causado algunas pérdidas en la biosfera original.

Zonas desiérticas
Zonas desérticas

El medioambiente, actualmente ya más cuidado, lucha diariamente para poder recuperar algunos de los antiguos paisajes e áreas de valor ecológico y promover hábitos de respeto.

Hoy en día siguen existiendo 3 islas impasibles preservando la mayoría de sus paisajes. Inhabilitadas ya hace más de 5 siglos, tan solo a unas docenas de quilómetros de São Vicente conserva perfectamente una de las reservas naturales más importantes del archipiélago caboverdiano.

La más cercana a São Vicente, Santa Lucía ha sufrido varios intentos para ser poblada y eso la ha afectado negativamente.

El gato salvaje, que siendo una especie invasora se convirtió en el primer mamífero en habitar esos terrenos. Desgraciadamente, debido a su caza en la isla ha provocado la desaparición de muchas especies de aves marinas en la costa y de lagartos en el interior.

En islote de Raso, que sería el ejemplo contrario a Santa Lucía sigue lleno de vida con miles de aves marinas en sus acantilados frente el mar.

Es el más cercano a São Nicolãu y podría servir como desierto para rodar cualquier película, incluso para rodar como si estuviésemos en el Marte.

Lo único que puede cambiar los colores en estas islas es la lluvia, escasa pero intensa. Es impresionante ver como puede cambiar un pasaje de árido marrón claro a un verde intenso en cuestión de horas y días.

Las costas de São Nicolãu os asombrarán también durante vuestro viaje. Y aunque no sea un desierto de película, se podrían rodar películas de bestias bajo en mar.

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